lunes, 26 de agosto de 2013

El verano lentamente va tocando a su fin. Después de un merecido descanso, la vuelta a la rutina y a la cotidianidad del día a día, 
vuelve a impregnar nuestras vidas.

El blog de GAL-ART también ha estado "de vacaciones", y vuelve a re-emprender la temporada, esperando que a nivel artístico, sea innovadora y positiva, a pesar de la actual coyuntura económica.

Así que para iniciar nuestra particular "vuelta al cole", publicamos uno de los artículos de fondo aparecidos en el número 343, correspondiente a los meses de Julio y Agosto, y que nos habla de una forma artística  muy singular: EL VIDRIO.

El ARTE no sólo es dibujo y pintura. Tiene muchísimos estilos 
y maneras de expresarse. 
El VIDRIO es una de ellas, para regocijo de miradas y deleite del alma.

¿Quién de los que leemos este artículo, no tiene en casa un jarrón, una figura, un cuenco o  una jarra de vidrio? ¿Quién, que haya cumplido algunos años, no guarda como un tesoro el recuerdo de aquellas canicas multicolores con las que jugó de niño? ¿Quién no ha visto o ha lucido un collar de cuentas de vidrio? El vidrio nos acompaña en todos los ambientes ya sea como objetos de uso práctico, o como en manifestaciones artísticas.

El vidrio es un material inorgánico, duro, frágil y por lo general trasparente que se encuentra de forma natural en la Naturaleza, pero que el hombre ha fabricado desde tiempos remotísimos quizá por la abundancia de sus componentes. El arte y el vidrio han estado unidos siempre y es fácil  comprender el porqué: la belleza de ese material, su trasparencia, su brillo y los efectos que la luz produce sobre su superficie, tienen algo de mágico que desde siempre ha fascinado a los artistas y aún hoy en día sigue haciéndolo.  


¿Desde cuándo el hombre ha fabricado vidrio?  Cuenta Plinio el Viejo en su Historia Natural que fueron unos mercaderes  los que viajando por Fenicia se detuvieron para calentar la comida a las orillas de un río y al no encontrar piedras donde colocar los recipientes sobre el fuego, usaron trozos de la carga que llevaban, natrón (carbonato de sodio). Comieron y se echaron a dormir. A la mañana siguiente vieron con sorpresa que el natrón al fundirse había reaccionado con la arena de la playa (sílice) y se había convertido en un material brillante y duro, el vidrio.

Sea real o no esta explicación, lo cierto es que la fabricación de vidrio se remonta a la noche de los tiempos y que todas las civilizaciones nos han legado piezas de vidrio, ya sean pequeñas perlas opacas y coloreadas o delicados frascos para perfumes. Cuando 5.000 años (A.c).aproximadamente, el hombre pasa de nómada a sedentario, tiene que ir dominando los materiales para sobrevivir y organizarse, la madera, la piedra, la cerámica, los metales y el vidrio. Fabrica pequeños objetos útiles, vasos, copas, frascos para los perfumes, pero también joyas y amuletos: objetos de arte.   

La historia del vidrio en el arte es una secuencia de sucesos que requiere un seguimiento para su comprensión. No es este el lugar para hacer un recorrido exhaustivo por la historia del arte con este material que parece surgir por arte de magia, pero sí haremos un breve recorrido. Los artistas vidrieros tuvieron que ir descubriendo, aprendiendo y desarrollando una serie de técnicas en su manufactura. Durante el Imperio Romano, las comunicaciones entre el Este y el Oeste eran muy estrechas y el arte del vidrio se desarrollo en ambas orillas del Mediterráneo. Durante la Edad media, la vidriería se reduce casi exclusivamente a la fabricación de objetos prácticos para la medicina o la alquimia, dejando el arte de lado. Durante el Renacimiento, siglos XV y XVI, Venecia era una ciudad de emprendedores, comerciantes, navegantes, políticos, y es justamente cuando su poder político empieza a declinar, cuando los venecianos se preocupan por desarrollar sus industrias y la exportación de mercancías de lujo, encajes, sedas, loza y, sobre todo, vidriería, con la que alcanzaron una superioridad que perdura en nuestros días.


La vidriería española tuvo tres centros de producción, al este, Cataluña donde en el siglo XV y principios del XVI se fabricaba un vidrio fino esmaltado, de colores azul, púrpura y verde decorado con elementos góticos, árabes y más tarde renacentistas. Otro centro estaba en Andalucía, en las provincias de Granada, Jaén y Almería que al estar muy apartadas de la influencia europea, conservaron un estilo antiguo lleno de elementos árabes. El tercer centro, el de Castilla, en el que la influencia veneciana fue mayor. Las tres escuelas fueron eclipsadas en el siglo XVIII por la Real Fábrica de Cristales de La granja de San Ildefonso que trabajaba con el estilo barroco de Bohemia, Alemania y Francia.

Las técnicas de elaboración y coloreado han cambiado mucho a lo largo de la historia, pero  la gran revolución en la fabricación del vidrio la produjo el descubrimiento de la caña de vidriero que permite soplarlo. Necesitaron mucha imaginación para actuar sobre aquella masa caliente y deforme únicamente insuflándole aire. Su descubrimiento se atribuye a los fenicios y su empleo prácticamente ha llegado igual hasta nosotros.

Y aunque los artistas que aparecen en estas páginas nada tienen que ver con ellos, en un reportaje sobre el vidrio en el arte, no es posible pasar por alto los vitrales ni a los artistas vitraleros. Los vitrales o vidrieras fueron ya usados en el arte románico, pero llegan a su apogeo en el gótico y se generaliza su uso durante el siglo XIII. La vidriera crea en el interior de la iglesia o catedral una atmósfera cálida e irreal que hace a los fieles seguros y protegidos por la Iglesia a la vez que contemplan escenas de las sagradas escrituras o figuras de santos.

El vidrio presta al artista un camino lleno de posibilidades para el desarrollo de la imaginación. Nada le es ajeno, ni las infinitas formas, las gamas de color, los acabados, la decoración, los brillos…De todo ello hacen gala estos artistas que os presentamos.