UN EXCEPCIONAL CUADRO DE RUBENS
Un artículo breve pero muy explicito dedicado a El Triunfo de la Eucaristía, una alegoría en favor de la Iglesia católica contra la Reforma y sus protagonistas.
En torno al año
1625 las relaciones entre la infanta
Isabel Clara Eugenia, gobernadora de los Países Bajos españoles, y Rubens eran
excelentes, hasta
tal punto que encargó al pintor el diseño de una serie de veinte tapices con
destino al Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid, fundado por Doña Juana
de Austria, donde se conservan.
Todos los diseños, pintados sobre tabla,
tratan del tema de la Eucaristía, dogma principal del catolicismo que la
infanta defendía. Rubens realizó varios
bocetos preparatorios para esta serie, que se encuentran entre lo mejor de toda
su producción y muestran su característica expresividad y vitalidad así
como un gran conocimiento de las obras de arte de la Antigüedad y el
Renacimiento.
La
serie tenía como tema el Triunfo de la Iglesia sobre sus diferentes enemigos:
el paganismo, la herejía, la ciencia y la filosofía. A la hora de juzgar
estos enemigos, situémonos en el Barroco para
comprender mejor el encargo. El Triunfo de la Eucaristía sobre la Herejía es el
más dinámico de la serie, destacando las diagonales y los escorzos tan del
gusto del maestro, aún más marcados por el claroscuro y la intensidad del
color.
La
Verdad, representada como una mujer de rubios cabellos, es elevada por encima
de las disputas de los hombres en el Tiempo. A sus pies caen los herejes,
identificados en los rostros de Calvino y Lutero. La escena está pintada como sí de un tapiz se tratara,
situándose entre las columnas salomónicas de los extremos, sujetas a un
arquitrabe por anillas o angelillos, disposición totalmente barroca que
recuerda a Rafael.
Las
figuras se sitúan en primer plano, ocupando todo el espacio. El león y el zorro
que luchan en primer plano, símbolos de fuerza y de astucia, están colocados fuera
de la escena principal, reforzando la idea de que ésta es un tapiz. Al estar
colocados ambos animales más cercanos al espectador hace que nos sintamos
involucrados en la composición y participemos en ella. El Triunfo de la Iglesia y el Triunfo de la Eucaristía sobre la Idolatría también forman parte de la serie. Redacción