lunes, 27 de enero de 2014

Terminamos el mes de Enero con un artículo dedicado al Vidrio, una forma de expresión artística que a nivel popular se comprende más dentro del ámbito de la artesanía, pero que sin lugar a dudas, merece ser considerado un ARTE, tanto por su diseño como por su técnica.

Un artículo que apareció en el número 343 del pasado 2013

EL VIDRIO


¿Quién de los que leemos este artículo, no tiene en casa un jarrón, una figura, un cuenco o  una jarra de vidrio? ¿Quién, que haya cumplido algunos años, no guarda como un tesoro el recuerdo de aquellas canicas multicolores con las que jugó de niño? ¿Quién no ha visto o ha lucido un collar de cuentas de vidrio? El vidrio nos acompaña en todos los ambientes ya sea como objetos de uso práctico, o como en manifestaciones artísticas.

El vidrio es un material inorgánico, duro, frágil y por lo general trasparente que se encuentra de forma natural en la Naturaleza, pero que el hombre ha fabricado desde tiempos remotísimos quizá por la abundancia de sus componentes. El arte y el vidrio han estado unidos siempre y es fácil  comprender el porqué: la belleza de ese material, su trasparencia, su brillo y los efectos que la luz produce sobre su superficie, tienen algo de mágico que desde siempre ha fascinado a los artistas y aún hoy en día sigue haciéndolo.  

¿Desde cuándo el hombre ha fabricado vidrio?  Cuenta Plinio el Viejo en su Historia Natural que fueron unos mercaderes  los que viajando por Fenicia se detuvieron para calentar la comida a las orillas de un río y al no encontrar piedras donde colocar los recipientes sobre el fuego, usaron trozos de la carga que llevaban, natrón (carbonato de sodio). Comieron y se echaron a dormir. A la mañana siguiente vieron con sorpresa que el natrón al fundirse había reaccionado con la arena de la playa (sílice) y se había convertido en un material brillante y duro, el vidrio.

Sea real o no esta explicación, lo cierto es que la fabricación de vidrio se remonta a la noche de los tiempos y que todas las civilizaciones nos han legado piezas de vidrio, ya sean pequeñas perlas opacas y coloreadas o delicados frascos para perfumes. Cuando 5.000 años (A.c).aproximadamente, el hombre pasa de nómada a sedentario, tiene que ir dominando los materiales para sobrevivir y organizarse, la madera, la piedra, la cerámica, los metales y el vidrio. Fabrica pequeños objetos útiles, vasos, copas, frascos para los perfumes, pero también joyas y amuletos: objetos de arte.   




La historia del vidrio en el arte es una secuencia de sucesos que requiere un seguimiento para su comprensión. No es este el lugar para hacer un recorrido exhaustivo por la historia del arte con este material que parece surgir por arte de magia, pero sí haremos un breve recorrido. Los artistas vidrieros tuvieron que ir descubriendo, aprendiendo y desarrollando una serie de técnicas en su manufactura. Durante el Imperio Romano, las comunicaciones entre el Este y el Oeste eran muy estrechas y el arte del vidrio se desarrollo en ambas orillas del Mediterráneo. Durante la Edad media, la vidriería se reduce casi exclusivamente a la fabricación de objetos prácticos para la medicina o la alquimia, dejando el arte de lado. Durante el Renacimiento, siglos XV y XVI, Venecia era una ciudad de emprendedores, comerciantes, navegantes, políticos, y es justamente cuando su poder político empieza a declinar, cuando los venecianos se preocupan por desarrollar sus industrias y la exportación de mercancías de lujo, encajes, sedas, loza y, sobre todo, vidriería, con la que alcanzaron una superioridad que perdura en nuestros días.

La vidriería española tuvo tres centros de producción, al este, Cataluña donde en el siglo XV y principios del XVI se fabricaba un vidrio fino esmaltado, de colores azul, púrpura y verde decorado con elementos góticos, árabes y más tarde renacentistas. Otro centro estaba en Andalucía, en las provincias de Granada, Jaén y Almería que al estar muy apartadas de la influencia europea, conservaron un estilo antiguo lleno de elementos árabes. El tercer centro, el de Castilla, en el que la influencia veneciana fue mayor. Las tres escuelas fueron eclipsadas en el siglo XVIII por la Real Fábrica de Cristales de La granja de San Ildefonso que trabajaba con el estilo barroco de Bohemia, Alemania y Francia.

Las técnicas de elaboración y coloreado han cambiado mucho a lo largo de la historia, pero  la gran revolución en la fabricación del vidrio la produjo el descubrimiento de la caña de vidriero que permite soplarlo. Necesitaron mucha imaginación para actuar sobre aquella masa caliente y deforme únicamente insuflándole aire. Su descubrimiento se atribuye a los fenicios y su empleo prácticamente ha llegado igual hasta nosotros.

Y aunque los artistas que aparecen en estas páginas nada tienen que ver con ellos, en un reportaje sobre el vidrio en el arte, no es posible pasar por alto los vitrales ni a los artistas vitraleros. Los vitrales o vidrieras fueron ya usados en el arte románico, pero llegan a su apogeo en el gótico y se generaliza su uso durante el siglo XIII. La vidriera crea en el interior de la iglesia o catedral una atmósfera cálida e irreal que hace a los fieles seguros y protegidos por la Iglesia a la vez que contemplan escenas de las sagradas escrituras o figuras de santos.

El vidrio presta al artista un camino lleno de posibilidades para el desarrollo de la imaginación. Nada le es ajeno, ni las infinitas formas, las gamas de color, los acabados, la decoración, los brillos…De todo ello hacen gala estos artistas que os presentamos.

El troyano fisgón


lunes, 20 de enero de 2014

Para todos aquellos que os hayáis perdido alguno de nuestros artículos de nuestro blog, volveremos a editar unos cuantos, para refrescar la memoria y gozar del arte.

El que a continuación editamos, corresponde a un grabador español. Lamentablemente en nuestros días, el grabado no es temática elegida por los artistas del siglo XXI, y su desarrollo está entrando en un periodo de franca decadencia, en parte también por el avance de las nuevas tecnologías y medios digitales.

Como homenaje al grabado, a su técnica y su gran creatividad, re-editamos el artículo dedicado a Genaro Pérez Villamil, aparecido en el número 343- Julio-Agosto-2013


ESPAÑA ARTÍSTICA Y MONUMENTAL
COLECCIÓN DE GRABADOS DE GENARO PÉREZ  VILLAMIL


El grabado puede definirse como: una estampa original, que se ha realizado con buriles sobre una plancha de metal.  En la actualidad se ejecutan grabados en multitud de soportes.

Los orígenes de esta técnica artística en Europa se encuentran en el siglo XV, donde han sido documentados los primeros grabados a la fibra, tras el florecimiento de los molinos de viento en Alemania, Francia e Italia. Son dibujos marcadamente góticos, tallados de forma muy rudimentaria en tacos de madera. En el siglo XVI, la Europa del Norte utilizaba indistintamente la xilografía, un siglo más tarde la calcografía.
En el siglo XVIII, el grabado se populariza y alcanza su máximo esplendor en Venecia, Republica que se convierte en el centro productor de grabados de gran belleza, consolidando de esta forma, una tradición editorial proveniente de siglos anteriores. En estos años se desarrolla la llamada Vedute (Vistas), la capacidad pictórica para mostrar la realidad urbana y social.

Durante el siglo XIX, los procesos industriales posibilitaran la aparición de nuevas técnicas, adaptadas a los gustos del público, surgiendo la litografía, inventado por el bávaro Aloys Senedelfer. Una técnica que permite imprimir grabados de forma industrial, convirtiéndose en un objeto de consumo de masas, popularizándose desde entonces el coleccionismo de estampas y grabados, un mercado que anteriormente era considerado elitista y aristocrático.

Esta breve introducción del grabado, permite apreciar en toda su magnitud la colección de litografías de Jenaro Pérez Villaamil, España artística y monumental: vistas y descripción de los sitios y monumentos más notables de España (1842-1850), de la cual presentamos una selección en este artículo, y que corresponde a una serie de grabados realizados por los principales litógrafos de Paris, a mediados del siglo XIX. Entre 1842 y 1850, la prestigiosa editorial Hauser de París publicó los treinta y seis cuadernos de la obra en tres volúmenes. En un principio la obra se vendía por entregas desde Paris. 






Genaro Pérez Villamil (1807-1854), fue uno de los mejores paisajistas del Romanticismo español, poniendo de moda la pintura de paisaje en la España del siglo XIX. Nació en El Ferrol, iniciándose en el dibujo topográfico con su padre, profesor de la Escuela Militar de Santiago. A los 8 años obtiene el cargo de profesor de perspectiva. Continuó sus estudios en Madrid, al trasladarse a la capital con su familia. En 1832 asiste a la tertulia romántica de “El Parnasillo” con José de Espronceda, Patricio de la Escosura y Ventura de la Vega.








Realizo varios viajes por España en compañía del pintor romántico inglés David Roberts, buscando los paisajes y escenas pintorescas que integrarían la edición de esta"España artística y monumental". Las láminas iban acompañadas por textos de Patricio de la Escosura. También realizó numerosos viajes a Francia y a Bélgica, residiendo durante una temporada en Bruselas.  En 1835 recibió la cátedra de paisaje en la Escuela de San Fernando, llegando a ser director de la institución en 1845. Se relacionó con Isabel II, llegando a ser pintor de cámara, falleciendo en Madrid en la plenitud de su fama.










Una obra realizada con sumo cuidado en los detalles, exquisitez en la selección de temas, precisión y preciosismo, idealizando entornos en una clara interpretación romántica,  y en algunas de las obras, el juego lumínico es de notoria intensidad, aunque sus paisajes se caracterizarán por una neblina dorada, que otorga un aspecto romántico a la composición, el empleo de figurillas para dar mayor vitalidad al conjunto y el recurso de una amplia perspectiva.

Marta Teixidó



lunes, 13 de enero de 2014

Esta semana, incluimos en el blog de la revista Gal-Art, un artículo dedicado a la fotografía, "per se", es decir, fotografiar detalles, lugares, edificios, 
lles y un sinfín de entornos que inspiran apretar el disparador.

El texto y las fotografías fueron publicados en el número 328 correspondiente a los meses de Agosto-Septiembre de 2011.




EL CAJÓN CREATIVO


Cuando uno carga la cámara al cuello y sale a pasear, en realidad nunca piensa lo que se va a encontrar, pero intuye que la sorpresa puede estar en cada paso, esquina o paisaje. En los tiempos actuales es más fácil hacer fotos por aquello de ser «digital y cuesta menos dinero el disparo», pero claro, también se debe pensar en la profesionalidad de cada uno, el enfoque, el encuadre, la luz, para que serán utilizadas las imágenes etc












En realidad son detalles que importan en cada disparo y, como en la pintura, cada imagen retratada, debe tener su mensaje al ser observada al final del trayecto. Se repite la historia de que fotografiar en estos tiempos es cosa “fácil”. Pero realmente es así, porque hemos perdido, por decirlo de alguna manera, el gusto por las cosas, y tal vez nos importa poco buscar una buena situación para apretar el disparador, como tampoco es trascendental el resultado final.















Un conocido, un día vino a mi casa con una cámara de las de antes, bueno, no de mucho tiempo, tendría unos 15 años aproximadamente; y me pidió que le explicara lo de la luz, la velocidad y aquellos secretos que manualmente se manejaban, y, en cierta manera me costó explicarle, pero conseguí satisfacer su necesidad.















Ello me lleva a pensar que las tecnologías avanzan una barbaridad y que cuando echamos la vista atrás nos damos cuenta la vida tan fácil que nos han puesto en las manos. Por ello, a la vez que las técnicas avanzan, no debemos acomodarnos en el ayer con la creatividad, sino, saber manejar el producto, sacarle el mejor rendimiento y estar satisfechos con nuestro trabajo, porque en definitiva, hoy día todos tiran fotos, pero... cuántos son los que las hacen?...













Para todos aquellos que deseen dibujar o pintar, y se encuentren con que las musas están de vacaciones, este «cajón» de imágenes les puede permitir emborronar un cuaderno o ensuciar una tela, en esos momentos donde se hace necesario practicar, para que las neuronas descansen. El ojo avizor


martes, 7 de enero de 2014

Empezamos el año en el blog de la revista Gal-Art, deseando lo mejor para este 2014 a todos nuestros lectores y suscriptores. Y que mejor 
forma de hacerlo que con un artículo sobre arte, pero esta vez  
dedicado a las obras donde los animales, directa o 
indirectamente son protagonistas de la obra.

Un artículo curioso e interesante que apareció hace escasamente unos meses, concretamente en el número 342 - Agosto-Septiembre de 2013, en la sección En un tiempo, en un lugar


LOS ANIMALES:
RAZÓN Y PRETEXTO PARA LA OBRA ARTÍSTICA


A mitad de camino entre el animal de compañía y el compañero artístico o literario, estos seres han sido para muchos escritores  y pintores, objeto de los más intensos afectos, pero también han sido una ventana a la creatividad, y una fuente de  inspiración de relatos y obras únicas.

La animalística o arte animalista es la denominación  que recibe el arte donde el animal es protagonista, o forma parte importante del contexto de una obra.

La pintura y la escultura animalista son dos géneros artísticos que a lo largo de la historia han sabido dar simbolismo al arte.  En la jerarquía de géneros, a la animalística  se le supone un valor inferior a la representación de la figura humana, especialmente en el ámbito pictórico, y se relaciona comúnmente con paisajismo o los bodegones.

Los animales domésticos y las especies cinegéticas han sido las más representadas en el arte,  siendo la principal el caballo o el llamado arte equino, cuyas  distintas manifestaciones  son el retrato ecuestre, la pintura de caza, la pintura de batallas y otros subgéneros de la pintura de historia.


Ya desde los tiempos de la Roma Imperial, la relación entre los animales,  la vida y el arte romanos fue larga y permanente. Centrándonos en el mundo de la mitología, el nacimiento de Roma está  relacionado con la  crianza de Rómulo y Remo, fundadores de la Ciudad Eterna,  que fueron abandonados cruelmente por su tío, para luego ser salvados por una loba. 

Los perros en el arte, como en la vida, encarnan  la fidelidad. Libres, desinteresados y sensibles: lo que todo amigo debería ser. Compañero inseparable de la especie humana durante siglos, el perro es un habitual también de las expresiones artísticas, en las que se observa la evolución de sus funciones en la sociedad: de su primer papel como cazador pasó a vigilar los rebaños del pastor, de ahí a proteger la casa y los bienes del campesino, para después entrar en la civilización urbana como animal de compañía. Las etapas de este idilio nunca interrumpido entre el hombre y su animal predilecto aparecen en una rica iconografía que permite observar la transformación de las razas y su constante adaptación a las diferentes situaciones.


Con respecto a los gatos, su plasmación en el arte es mucho más compleja. ¿Se les pude calificar de:  ¿Burlones?,  ¿Perezosos?,  ¿Rencorosos?,  ¿Tiernos?,  ¿Curiosos?, ¿Inteligentes?, ¿Independientes?... Hace cinco mil años que vive entre nosotros, a sus anchas en todos los continentes y latitudes, igual de cómodo en la casa del campesino que en el más refinado salón aristocrático.

El gato que sestea sobre la butaca es una presencia amable, tranquilizadora, casi un símbolo de la paz hogareña. Y, sin embargo, en sus gestos se trasluce la existencia paralela de una bestia terrorífica... El gato es un animal doméstico, es cierto, pero no está verdaderamente domesticado, y esa personalidad ambivalente le ha permitido conquistar un lugar capital en la cultura y en el arte, en el universo literario y en los cuentos de hadas. Su representación figurativa dentro de la historia del arte,  es posible encontrarla tanto en los frescos de la civilización egipcia, como a los felinos inolvidables de Picasso, Matisse, Chagall o Warhol." 

En relación con los pájaros u otras aves, el simbolismo de los primeros es mucho más explícito: la libertad. Basándonos en la naturaleza, son menos domesticados que los perros y los gatos, por lo que precisan de estar enjaulados para que el ser humano pueda gozar de su compañía. Son escasas las ocasiones en que han sido protagonistas absolutos de obras pictóricas. En la mayoría de ocasiones, van acompañados de la figura humana, en representación de un sentimiento de atadura, falta de libertad o encarcelamiento de la misma.

En el caso de las aves de corral, casi siempre plasmadas en las naturalezas muertas, en caso de ser pintadas vivas, pueden tener connotaciones simplemente caseras, de manifestación de futuros alimentos comestibles.

Al cordero se le relaciona con la inocencia, aunque su imagen artística está estrechamente relacionada con la liturgia católica: es la representación mística de Cristo como Cordero de Dios, conocido también como “Agnus Dei”, aunque también dentro de la representación iconográfica de esta religión, se le relaciona con varios santos, a la vez que también es emblema heráldico de muchas iglesias.

Como puede observarse por las distintas obras plasmadas en este artículo, la historia del arte está salpimentada con imágenes de animales que resuenan hasta el día hoy.

Marta Teixidó