Esta semana, incluimos en el blog de la revista Gal-Art, un artículo dedicado a la fotografía, "per se", es decir, fotografiar detalles, lugares, edificios,
lles y un sinfín de entornos que inspiran apretar el disparador.
El texto y las fotografías fueron publicados en el número 328 correspondiente a los meses de Agosto-Septiembre de 2011.
EL CAJÓN CREATIVO
Cuando uno carga la cámara al
cuello y sale a pasear, en realidad nunca piensa lo que se va a encontrar, pero
intuye que la sorpresa puede estar en cada paso, esquina o paisaje. En los
tiempos actuales es más fácil hacer fotos por aquello de ser «digital y
cuesta menos dinero el disparo», pero claro, también se debe pensar en la
profesionalidad de cada uno, el enfoque, el encuadre, la luz, para que serán
utilizadas las imágenes etc.
En
realidad son detalles que importan en cada disparo y, como en la pintura, cada
imagen retratada, debe tener su mensaje al ser observada al final del trayecto.
Se repite la historia de que fotografiar en estos tiempos es cosa “fácil”. Pero
realmente es así, porque hemos perdido, por decirlo de alguna manera, el gusto
por las cosas, y tal vez nos importa poco buscar una buena situación para
apretar el disparador, como tampoco es trascendental el resultado final.
Un conocido, un día vino a mi
casa con una cámara de las de antes, bueno, no de mucho tiempo, tendría unos 15
años aproximadamente; y me pidió que le explicara lo de la luz, la velocidad y
aquellos secretos que manualmente se manejaban, y, en cierta manera me costó
explicarle, pero conseguí satisfacer su necesidad.
Ello
me lleva a pensar que las tecnologías avanzan una barbaridad y que cuando
echamos la vista atrás nos damos cuenta la vida tan fácil que nos han puesto en
las manos. Por ello, a la vez que las técnicas avanzan, no debemos acomodarnos
en el ayer con la creatividad, sino, saber manejar el producto, sacarle el mejor
rendimiento y estar satisfechos con nuestro trabajo, porque en
definitiva, hoy día todos tiran fotos, pero... cuántos son los que las
hacen?...
Para todos aquellos que deseen dibujar o pintar, y se
encuentren con que las musas están de vacaciones, este «cajón» de imágenes les
puede permitir emborronar un cuaderno o ensuciar una tela, en esos momentos
donde se hace necesario practicar, para que las neuronas descansen. El ojo
avizor
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