Empezamos el año en el blog de la revista Gal-Art, deseando lo mejor para este 2014 a todos nuestros lectores y suscriptores. Y que mejor
forma de hacerlo que con un artículo sobre arte, pero esta vez
dedicado a las obras donde los animales, directa o
indirectamente son protagonistas de la obra.
Un artículo curioso e interesante que apareció hace escasamente unos meses, concretamente en el número 342 - Agosto-Septiembre de 2013, en la sección En un tiempo, en un lugar
LOS ANIMALES:
RAZÓN Y PRETEXTO PARA LA OBRA
ARTÍSTICA
A mitad de camino entre el animal de compañía y
el compañero artístico o literario, estos seres han sido para muchos
escritores y pintores, objeto de los más
intensos afectos, pero también han sido una ventana a la creatividad, y una fuente
de inspiración de relatos y obras únicas.
La animalística o arte animalista es la denominación que recibe el arte donde el animal es
protagonista, o forma parte importante del contexto de una obra.
La
pintura y la escultura animalista son dos géneros
artísticos que a lo largo de la historia han sabido dar simbolismo al arte. En la jerarquía de
géneros, a la animalística se le supone un valor inferior a la representación
de la figura humana, especialmente en el ámbito pictórico, y se relaciona
comúnmente con paisajismo o los bodegones.
Los animales
domésticos y las especies
cinegéticas han sido las
más representadas en el arte, siendo la
principal el caballo o el
llamado arte equino, cuyas distintas
manifestaciones son el retrato
ecuestre, la pintura de
caza, la pintura de
batallas y otros subgéneros de la pintura de historia.
Ya
desde los tiempos de la Roma Imperial, la relación entre los animales, la vida y el arte romanos fue larga y
permanente. Centrándonos en el mundo de la mitología, el nacimiento de Roma
está relacionado con la crianza de Rómulo y Remo, fundadores de la
Ciudad Eterna, que fueron abandonados
cruelmente por su tío, para luego ser salvados por una loba.
Los perros en el arte, como en la vida, encarnan la fidelidad. Libres, desinteresados y
sensibles: lo que todo amigo debería ser. Compañero inseparable
de la especie humana durante siglos, el perro es un habitual también de las expresiones
artísticas, en las que se observa la evolución de sus funciones en la sociedad:
de su primer papel como cazador pasó a vigi
Con respecto a los gatos, su plasmación en el arte es
mucho más compleja. ¿Se les pude calificar de: ¿Burlones?, ¿Perezosos?, ¿Rencorosos?, ¿Tiernos?, ¿Curiosos?, ¿Inteligentes?, ¿Independientes?...
Hace cinco mil años que vive entre nosotros, a sus anchas en todos los
continentes y latitudes, igual de cómodo en la casa del campesino que en el más
refinado sa
En relación con los pájaros u otras aves, el simbolismo
de los primeros es mucho más explícito: la libertad. Basándonos en la naturaleza, son
menos domesticados que los perros y los gatos, por lo que precisan de estar
enjaulados para que el ser humano pueda gozar de su compañía. Son escasas las
ocasiones en que han sido protagonistas absolutos de obras pictóricas. En la
mayoría de ocasiones, van acompañados de la figura humana, en representación de
un sentimiento de atadura, falta de libertad o encarcelamiento de la misma.
En el caso de las aves de corral,
casi siempre plasmadas en las naturalezas muertas, en caso de ser pintadas
vivas, pueden tener connotaciones simplemente caseras, de manifestación de
futuros alimentos comestibles.
Al cordero se le relaciona con la inocencia, aunque su
imagen artística está estrechamente relacionada con la liturgia católica: es la
representación mística de Cristo como Cordero de Dios, conocido también como
“Agnus Dei”, aunque también dentro de la representación
iconográfica de esta religión, se le relaciona con varios santos, a la vez que
también es emblema heráldico de muchas iglesias.
Como
puede observarse por las distintas obras plasmadas en este artículo, la
historia del arte está salpimentada con imágenes de animales que resuenan hasta
el día hoy.
Marta Teixidó
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