miércoles, 23 de abril de 2014

Entre los meses de Octubre de 2013 a Febrero de 2014, el Museo Picasso de Málaga dedicó una exposición homenaje a Hilma af Klint, pionera de la abstracción.

La revista Gal-Art se hizo eco de este acontecimiento, publicando un artículo al respecto en uno de sus pasados números. 







Hilma af Klint (1862-1944), pionera de la abstracción es la mayor exposición dedicada hasta el momento. Tras pasar por museos tan prestigiosos como el Moderna Museet de Estocolmo (donde ha recibido 185.000 visitas) y el Hamburger Bahnhof de Berlín, llega al Museo Picasso Málaga para presentar en nuestro país la obra de esta artista insólita, a través de más de 200 obras que sintetizan su compleja, consistente y radical trayectoria.













Hilma af Klint atrapada por el vivo cromatismo de su obra, por el equilibrio en sus composiciones, a menudo geométricas, y por el formato monumental de muchas de sus pinturas, a través de una abstracción prácticamente inexplorada a comienzos del siglo XX, su trabajo se compromete con representar la conexión entre lo espiritual y lo material, el micro y el macrocosmos, la luz y la oscuridad, lo femenino y lo masculino. Para ello, Hilma af Klint utiliza un delicado simbolismo pleno de referencias y significados que buscan guiar al espectador hacia una suerte de revelación.






La obra de Hilma af Klint es el fruto de su sólida formación artística, de la fuerte personalidad creativa de su autora y de su incansable inquietud espiritual. Y también es reflejo de una época, de un contexto social  muy concreto que coincide con el cambio de siglo, momento en el que Occidente se asombra ante avances científicos que evidencian que hay algo más allá de lo tangible, como los rayos X y las ondas electromagnéticas. Se trata asimismo de un momento en el que se hacen accesibles al gran público las traducciones de textos sagrados de otras creencias, lo que da lugar a corrientes de historicismo, relativismo, y en ocasiones agnosticismo.  En este ambiente de inquietud intelectual – compartida y difundida por escritores, pensadores y filósofos – se explora el ocultismo, la teosofía, o la antroposofía de Rudolf Steiner,, que pretenden dar respuesta a los interrogantes que los nuevos tiempos traen.





Al contrario que lo que sucede con la obra de Wassily Kandisky, Piet Mondrian o Kazimir Malevich, considerados por la historia académica del arte los pioneros de la abstracción, la  mayoría de estas obras nunca llegaron a exponerse mientras vivió Hilma af Klint, quien dejó escrito en su última voluntad que sus trabajos abstractos no debían mostrarse hasta veinte años después de su muerte, pues estaba convencida de que no serían comprendidos hasta entonces. Cerca de un siglo después, Hilma af Klint. Pionera de la abstracción descubre al público la figura de esta artista excepcional. La exposición es el resultado de una intensa investigación a través del conjunto de su trabajo -su legado supera las 1.000 obras-, de sus 125 cuadernos de notas, de abrir cajas que llevaban décadas cerradas. 

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