De nuevo, GAL-ART se complace en presentar un nuevo editorial, aparecido en el número 341 correspondiente a los meses de Marzo-Abril de 2013,
y donde se hace especial énfasis en los perjuicios que ha causado la llamada "cultura oficial", en detrimento de la creatividad, y a favor
de tendencias y artistas que precisamente, no han logrado
traspasar la frontera del tiempo.
Espero que os guste
Metidos
de lleno en la estación primaveral, quedan atrás los ecos de una edición de ARCO
muy descafeinada, donde los medios de comunicación generalistas, no se han prodigado demasiado. No obstante,
bueno es reflexionar sobre ello, transcurridos prácticamente unas semanas, de
la misma.
ARCOMadrid 2013,
con menos galerías que el año pasado
(201, en lugar de 215), y los amplios y vacíos pabellones 8 y 10, como si de
una devastación se tratase, ha transcurrido entre propuestas más relajadas que
nunca y presupuestos más ajustados de lo normal. Sirva como ejemplo el Reina
Sofía, que realizó adquisiciones por valor de 300.000 €, a diferencia de los
800.000 de 2012. Parece que a la feria le basta con sobrevivir, mientras
iba a la “caza y captura de ese
visitante especial, dispuesto a comprar obras de arte, con el handicap de la
subida del IVA. A pesar de todo, se produjeron ventas, pero estas no auguran un
renacer del sector cultural y artístico nacional. Al contrario. Se observó, no sin cierta preocupación,
cómo muchas de ellas habían sido realizadas por coleccionistas e instituciones
extranjeras, hecho que en realidad ha salvado ArcoMadrid 2013, y donde todos los expositores coinciden en
destacar el buen hacer del equipo organizativo.
A pesar de tratarse de un evento cultural con
participación institucional, y organizado desde una perspectiva más
empresarial, a lo largo de las últimas décadas, la cultura oficial”, ha
perjudicado gravemente al arte y a buena parte de su entorno. Gracias a
nuestros impuestos y endeudamiento financiero por parte de los poderes
públicos, gentes con título universitario, pero profesionalmente fracasados,
han sabido entrar en los vericuetos del poder, afianzarse en el mismo, y desde
esa atalaya, consideran al común de los mortales como memo, inculto e
ignorante, y en un halo mesiánico, pretenden educar en muestras a través de
una
singular e incomprensible verborrea, y de exposiciones y actividades
artísticas, de dudosa calidad y que el tiempo ha sabido desvalorar
oportunamente, gracias al común de los mortales que, desde su particular
sabiduría, ha sabido ver que el emperador iba desnudo, pero no era
políticamente correcto decirlo, pero silenciosamente, y sin pasar por las salas
de exposición, ha sabido expresarlo significativamente.
Gal–Art, que
también capea el temporal de la crisis como puede, y como siempre, con total
libertad y afortunadamente, sin parapetos institucionales, traspasa
fronteras, y como si de una exportación se tratase, desde hace unos meses
expande su edición hacia el mercado americano de habla hispana, concretamente
de Nueva York y la costa Este del citado país, informando de una parte de
la realidad artística, que no se ampara en criterios políticos o
institucionales, sino que parte de las gentes que se expresan a través de
cualquier forma de arte, que trabajan sin descanso y que observan con estupor
como en muchas ocasiones, y especialmente en consistorios de ciudades grandes,
son otros los escogidos, bajo razones bastante incomprensibles.
Gal-Art
sigue adelante, con su proyecto de expansión y con su diccionario de Artistas 2012-2013, para seguir dando a conocer lo
que muchos lectores y suscriptores manifiestan a esta redacción: “somos nosotros que con nuestro esfuerzo
saldremos adelante, y sacaremos al país de la ruina a la que nos han llevado
nuestros inútiles políticos,”.
Mario
Nicolás
Director
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