Os presentamos un nuevo artículo de fondo,
aparecido en el número 342 - Mayo-Junio-2013 de la revista GAL ART
Un pequeño análisis acerca de los retratos femeninos, realizados por artistas masculinos.
aparecido en el número 342 - Mayo-Junio-2013 de la revista GAL ART
Un pequeño análisis acerca de los retratos femeninos, realizados por artistas masculinos.
RETRATOS ARTISTAS DEL SIGLO XX
El retrato es uno de los ámbitos del arte, donde el pintor puede
perfectamente rendir culto tanto al oficio de pintar, como a plasmar, con o sin
condicionantes, el carácter del
retratado. Al igual que la novela, estamos ante un género artístico que permite
representar la personalidad individual, dentro del orden social.
En esta ocasión, nos encontramos ante la percepción que los distintos
artistas tienen de la mujer, más que del retrato. Rostros y cuerpos femeninos
que exhiben inocencia (Sally Swatland), coquetería y glamour (Frederick
Frieseke Michigan),
sensualidad, (Michael John Angel, Raphael Soyer, Viktor Lyapkalo.),
erotismo, (Jia
Lu., Renato Guttuso), romanticismo (Charles Curran) o simplemente ensimismamiento (Christine Comyn., Francis Cadell.)… miradas perdidas épocas lejanas o cercanas donde
la mujer ha sido idealizada, aunque incomprendida. Plasmada bajo un concepto
masculino, sin entrar en su psique y ensalzando su belleza externa.
La selección de pintores de este artículo, ofrece un abanico muy
interesante e inteligentemente escogido de la visión femenina: de niña a mujer
como diría la canción de Julio Iglesias, hasta llegar a la madurez. Tan sólo las obras de René Magritte o Giovani
Boldini inciden poderosamente en lo atávico, lo oculto del ser femenino,
presentando cuerpos y rostros que cuestionan los conceptos de definición y
representación, a través de una imagen fantástica y onírica – por parte de
Magritte – y vibrante y exultante en Boldini, gracias a una obra, claro ejemplo
de lo que él llamó “el latigazo”, estilo donde el modelo – en este caso, sólo
el rostro de mujer, parece estar “tirado” en una lo
Somos mujeres, surgidas de lo que, según la biblia, fue la “costilla
de Adán”. Sentimos, gozamos, padecemos, nos emocionamos… estamos plagadas de
complejidades, defectos y virtudes, y al
igual que los hombres que nos retratan, de laberínticas personalidades, somos
Seres Humanos.
Marta Teixidó
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