La tercera semana se septiembre, la comenzamos con un artículo aparecido también en la sección El Internauta Pictórico,
correspondiente al número 323 - Febrero/Marzo 2011, dedicado a uno de los artistas más geniales que ha dado Italia: GIOVANNI BOLDINI.
Pintor de género y retratista, perteneciente a la escuela de París. Según un artículo publicado en la revista Time, en 1933. Boldini era conocido como el "Maestro del Swish (Elegancia)". Sin embargo, en realidad estamos ante un pintor vanguardista. Su pintura alcanza el grado de elegancia y sofisticación,
independiente de los parámetros generales,
que subrayan como estándar, los
críticos y expertos de aquel momento.
La intensidad de sus colores y la nitidez
que logra con ellos son los aspectos que
lo diferencian.
Nacido en Ferrara, (Italia), el 31 de diciembre de 1842 – y fallecido
en París, el 11 de enero de 1931, fue un pintor de estilo
academicista, muy purista, que, dotado de una gran técnica, fue capaz muy pronto de imitar a Rafael, y a los grandes pintores de vistas venecianas
como Canaletto o Bellotto.
Dado su genio precoz, siendo
muy joven empezó las lecciones de dibujo en Ferrara. En aquellos inicios sintió una gran fascinación por los pintores del
Quattrocento italiano.
En 1862 ingresa en la Academia
de Bellas Artes de Florencia, a las órdenes de Enrico Pollastrini. Frecuenta en Florencia el Caffé Michelangelo, centro de reunión de
los artistas de la ciudad, donde se discute sobre arte y las nuevas tendencias
y sintiéndose atraído por esas reuniones de aristócratas y de la alta
burguesía, lo desarrollará toda su vida. A esas clases sociales, a su gusto por
lo académico y a su inclinación por el retrato, dedicará gran parte de su
obra. En 1866 viaja a Nápoles y en 1867 viaja por Francia y Montecarlo, donde
pinta «El General español», obra dotada de una profunda carga psicológica.
A pesar de haber pasado una temporada
en Londres, en un estudio en el centro de la ciudad, y de ser un lugar muy frecuentado
por la alta sociedad londinense, será París la capital donde podrá desarrollar
su carrera. Allí se instala en 1871, en
un estudio en la Place Pigalle, donde vive con Berthe, una modelo. Su estilo
deslumbrante sedujo a las damas de más prestigio de la capital. Boldini se hizo
amigo de Edgar Germain Hilaire Degas, pintó retratos de sus
contemporáneos como John Singer Sargent, «Sargent con su bastón» y «Joaquín
Ruano».
Trabaja para el más importante
marchante de arte parisino, Goupil, para quien ya trabajan pintores de mucho
éxito, como Mariano Fortuny o Ernest Meissonier. Pinta cuadros de género, de
ambiente dieciochesco, muy en boga por aquel tiempo.
En 1874 expone con gran éxito
en el Salón de París su cuadro «Las Lavanderas». Termina su relación con Berthe
e inicia una nueva con La condesa Gabrielle de Rasty, quien se convertirá en su
musa y en su referencia para el nuevo ideal femenino que quería llevar a sus
cuadros. Es solicitado por la alta
sociedad, por el «bel mondo» de su tiempo. Empieza a ser considerado como
«el maestro de la elegancia» por lo exuberante y favorecedor de sus retratos,
su brillante colorido y la sensualidad con la que inmortalizó a las grandes
figuras de la sociedad parisina y londinense de la Belle Époque.
En
1886 retrata por primera vez a «Giuseppe Verdi» en
lienzo, pero no satisfecho con el resultado lo vuelve a retratar tiempo después al pastel sobre papel en solo cinco
horas. Es quizás su obra más célebre e imagen ya inseparable de la figura
histórica del compositor italiano.
Tras conocer la obra del pintor
sueco Anders Zorn, a partir de los años 90 acomete pinturas de gran formato. En
1892 se instala en Montorsoli (Italia), dedicándose a la realización de un
«Autorretrato» encargado por el Museo degli Uffici. Vuelve a París para dar
clases de pintura a la joven rica norteamericana Ruth Sterling.
En 1900 en Palermo pinta el
retrato de «La baronesa Franca Florio Jacona de San Giuliano» de quien es huésped.
El retrato no gusta al marido por el
amplio escote y las piernas descubiertas. Modificado, tras la bancarrota de los
Florio pasa a pertenecer en 1928 al barón de Rothschild por la enorme suma de
un millón de liras. Robado por los nazis en París, el cuadro sufrió importantes
daños en Alemania, tanto que fue necesario cortar la parte inferior.
En 1914 pinta uno de sus
cuadros más conocidos «Retrato de la marquesa Luisa Casati», obra de una
belleza intensa, casi estremecedora. Las
pinceladas rápidas, de tipo impresionista, reflejan la energía rutilante de un
personaje fuera de lo común.
La marquesa Casati, rica
heredera italiana, reconocía su bisexualidad. Aquí parece sobresalir del torbellino de líneas de su vestido y del
fondo, con una cara que contrasta fuertemente con el resto del cuadro por su
finura de detalles y el realismo tanto del modelado como de los tonos rosados
de la carne.
Tras una vida llena de éxitos y
plagada de relaciones sentimentales, Boldini se casa con la periodista Emilia
Cardona, con la que sólo vivirá dos años. Boldini fallece en París el 1931.
Pintor de extraordinaria
calidad y genialidad indiscutibles, que vivió en un tiempo, tal vez el
adecuado, pero no en el lugar oportuno como muchos otros. El internauta
pictórico
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